EL LIMITE LO PONES TU!!!!
Es normal
que como seres humanos en incontables situaciones nos sentimos
limitados, impotentes, incompetentes para resolver la situación,
incapaces para hacer algo nuevo o de continuar con lo existente… creemos
y afirmamos que el entorno nos frena y que es nuestra barrera…
Pero no es saludable antes de tomar acción en algo, exclamar: “cuando no se puede no se puede”… es decir
rendirnos sin intentarlo… o ante el primer asomo de fracaso abandonar…
morir en la víspera, como indica el refranero popular…
Son muchos
los elementos que nos frenan, que nos limitan: incertidumbres, el qué
dirán, ¿qué pasa si fracaso?, ¿estoy capacitado?, no tengo experiencia,
no se hablar, estoy muy ocupado(a), es mucha responsabilidad Estos
elementos tienen un común denominador: Tú… Eres el creador de tus
propios muros, de tus barreras, de tus límites, de tus obstáculos.
Cuando Dios eligió a Moisés para liberar a su pueblo, el liberador de
los hijos de Israel dudó de su propia capacidad: Dijo Moisés a Dios:
¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?¨ Ex.
3,11. Somos nosotros quienes no confiamos en nuestras propias
habilidades y potencialidades. Como hijos de Dios, como cristianos
podemos llegar hasta donde queramos… Claro, si nos conviene, el Señor
permitirá que suceda. Cuando Moisés dudó, el Señor le dijo que estaría
con él, (Cf. Ex. 3,12).
Confiado en el Señor, podemos vencer
nuestros límites, pero no debemos dudar siendo la duda la clave del
fracaso. Pedro, cuando se hundió en las aguas, fue precisamente porque
dudó, no confió en sí mismo, ni en el Señor; el miedo lo arropó (Mt,
14,30)… El miedo es otro gran factor que nos limita…Te invito a que
venzas tus límites con la fuerza del Señor… Has el intento, y si
fallaste inténtalo de nuevo…; Si caes, levántate, límpiate las rodillas y
potencia tus fuerzas hacia el intento y si definitivamente, humanamente
no puedes, ponlo en manos de Dios.
Tomás Alva Edison, el inventor
de la Bombilla eléctrica, en busca de este descubrimiento, abandonado
ese proyecto… Examínate, mírate por dentro y encuentra los puntos que te
están limitando y entrégaselo al Señor y has tuya estas palabras
inspiradas en San Pablo, que mueven la confianza en su poder: ¨Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece¨, Flp, 4,13. Tú puedes... confía en tus
talentos, en tus capacidades, tú límite es el Cielo…
viernes, 11 de enero de 2013
viernes, 4 de enero de 2013
jueves, 3 de enero de 2013
martes, 1 de enero de 2013
FELIZ DIA DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS! Y FELIZ 2013
Las palabras del Papa Benedicto hoy:
"En este primer Angelus del nuevo año, pedimos a María Santísima Madre de Dios, que nos bendiga, como la madre bendice a sus hijos que deben partir de viaje. Un nuevo año es como un viaje: que con la luz y la gracia de Dios, pueda ser un camino de paz para cada hombre y cada familia, para cada País y para el mundo entero".
Las palabras del Papa Benedicto hoy:
"En este primer Angelus del nuevo año, pedimos a María Santísima Madre de Dios, que nos bendiga, como la madre bendice a sus hijos que deben partir de viaje. Un nuevo año es como un viaje: que con la luz y la gracia de Dios, pueda ser un camino de paz para cada hombre y cada familia, para cada País y para el mundo entero".
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño,
puro y cristalino como una fuente.
Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas;
un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión;
un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde
rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde,
amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón
ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con
ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse;
un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo. Amen.
puro y cristalino como una fuente.
Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas;
un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión;
un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde
rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde,
amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón
ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con
ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse;
un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo. Amen.
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